Las impresoras
3D cada vez tienen una
mayor presencia en nuestra sociedad y no hay duda de que la impresión
3D está en auge.
Constantemente estamos escuchando en
los medios de comunicación todo tipo de noticias e información
sobre esta nueva tecnología que está cambiando el mundo. Sin
embargo, no todos conocemos las múltiples utilidades de una
impresora 3D, ni todos sabemos cómo funcionan.
Básicamente
esta tecnología no es más que un proceso mediante el cual se
fabrican objetos sólidos en tres dimensiones tomando como base a un
modelo generado digitalmente en nuestro ordenador con programas como
SketchUp,
Freecad,
Openscad,
Tinkercad,
etc. La impresión del objeto se realiza en un proceso de adición de
material mediante superposiciones sucesivas de capas de material. Los
materiales empleados son muy diversos, los más habituales son
plásticos (PLA, ABS, nailon), WPC
(compuestos de madera y plástico), polvos metálicos (acero
inoxidable, oro, plata, titanio)
cera, resina, chocolate, etc. Con la creciente incorporación de
nuevos materiales se amplía notablemente la cantidad de aplicaciones
posibles de esta nueva forma de producción de objetos.
¿Es
fácil obtener un objeto en 3D?
En
principio no, tenemos que tener visión espacial y unos conocimientos
básicos de alguno de los programas que anteriormente se ha comentado
para el diseño de objetos tridimensionales. Tenemos otras opciones a
la hora de diseñar objetos, especialmente si no somos muy diestros
en el diseño; siempre podremos descargar diseños ya hechos de
sitios como Thingiverse,
Shapeways
o Youmagine.
Una
vez que desarrollemos nuestra idea a través del modelado digital del
objeto que deseamos o lo descarguemos directamente de Internet,
deberemos transformar el archivo generado a formato “gcode” con
programas como Cura 3D,
Repetier Host
o Slic3r.
Cualquiera de estos programas dividirá el objeto en secciones
transversales para que la impresora sea capaz de construirlo capa por
capa. Este archivo “gcode” es el que enviaremos a la impresora
para obtener nuestro objeto 3D, pero no hay que tener prisa, en
función de parámetros como la resolución, el relleno y la
complejidad del diseño, la impresora tardará más o menos tiempo en
imprimir nuestro diseño.
Antes
de imprimir es necesario precalentar el extrusor de nuestra impresora
hasta la temperatura adecuada en función del material de impresión.
Cuando el extrusor alcanza la temperatura seleccionada ya podemos dar
la orden de imprimir, la impresora tira del material y lo dirige al
extrusor, que lo calienta y lo deposita a través de un orificio
calibrado en la placa o cama caliente. La impresora va depositando
una capa encima de otra fusionándose de forma automática hasta
crear el producto final.
La
impresión 3D poco a poco está introduciéndose en nuestra vida y
son múltiples sus aplicaciones, entre estas podemos citar la
fabricación de prótesis, juguetes, ropa de diseño y complementos,
comida, armas, construcción, etc. A nivel doméstico, se espera que
en un futuro no muy lejano, todos podamos tener acceso a una
impresora 3D en casa.
¡Es
el momento de las impresoras 3D!