miércoles, 31 de enero de 2018

¿QUÉ ES ESO DE LA IMPRESIÓN 3D?


Las impresoras 3D cada vez tienen una mayor presencia en nuestra sociedad y no hay duda de que la impresión 3D está en auge. Constantemente estamos escuchando en los medios de comunicación todo tipo de noticias e información sobre esta nueva tecnología que está cambiando el mundo. Sin embargo, no todos conocemos las múltiples utilidades de una impresora 3D, ni todos sabemos cómo funcionan.

Básicamente esta tecnología no es más que un proceso mediante el cual se fabrican objetos sólidos en tres dimensiones tomando como base a un modelo generado digitalmente en nuestro ordenador con programas como SketchUp, Freecad, Openscad, Tinkercad, etc. La impresión del objeto se realiza en un proceso de adición de material mediante superposiciones sucesivas de capas de material. Los materiales empleados son muy diversos, los más habituales son plásticos (PLA, ABS, nailon), WPC (compuestos de madera y plástico), polvos metálicos (acero inoxidable, oro, plata, titanio) cera, resina, chocolate, etc. Con la creciente incorporación de nuevos materiales se amplía notablemente la cantidad de aplicaciones posibles de esta nueva forma de producción de objetos.

¿Es fácil obtener un objeto en 3D?

En principio no, tenemos que tener visión espacial y unos conocimientos básicos de alguno de los programas que anteriormente se ha comentado para el diseño de objetos tridimensionales. Tenemos otras opciones a la hora de diseñar objetos, especialmente si no somos muy diestros en el diseño; siempre podremos descargar diseños ya hechos de sitios como Thingiverse, Shapeways o Youmagine.

Una vez que desarrollemos nuestra idea a través del modelado digital del objeto que deseamos o lo descarguemos directamente de Internet, deberemos transformar el archivo generado a formato “gcode” con programas como Cura 3D, Repetier Host o Slic3r. Cualquiera de estos programas dividirá el objeto en secciones transversales para que la impresora sea capaz de construirlo capa por capa. Este archivo “gcode” es el que enviaremos a la impresora para obtener nuestro objeto 3D, pero no hay que tener prisa, en función de parámetros como la resolución, el relleno y la complejidad del diseño, la impresora tardará más o menos tiempo en imprimir nuestro diseño.

Antes de imprimir es necesario precalentar el extrusor de nuestra impresora hasta la temperatura adecuada en función del material de impresión. Cuando el extrusor alcanza la temperatura seleccionada ya podemos dar la orden de imprimir, la impresora tira del material y lo dirige al extrusor, que lo calienta y lo deposita a través de un orificio calibrado en la placa o cama caliente. La impresora va depositando una capa encima de otra fusionándose de forma automática hasta crear el producto final.

La impresión 3D poco a poco está introduciéndose en nuestra vida y son múltiples sus aplicaciones, entre estas podemos citar la fabricación de prótesis, juguetes, ropa de diseño y complementos, comida, armas, construcción, etc. A nivel doméstico, se espera que en un futuro no muy lejano, todos podamos tener acceso a una impresora 3D en casa.

¡Es el momento de las impresoras 3D!